El embarazo implica muchos cambios fisiológicos, y uno de ellos es el aumento de la temperatura corporal en las futuras mamás. Durante los meses de invierno, es común que las mujeres embarazadas experimenten una sensación de calor adicional, incluso en medio del frío, esto se debe a que la temperatura corporal de una embarazada tiende a elevarse ligeramente, entre 0,3 y 0,4 grados, lo que resulta en un promedio de alrededor de 37 ºC. Existen varias razones detrás de este aumento de la temperatura corporal durante el embarazo y aquí te contamos las razones.
- Aumento del metabolismo: durante el embarazo, el metabolismo basal de una mujer se acelera para satisfacer las necesidades del feto en crecimiento. Este aumento del metabolismo puede generar calor adicional en el cuerpo.
- Mayor flujo sanguíneo: el cuerpo de la mujer produce más sangre para suministrar nutrientes y oxígeno al feto. Este aumento del volumen sanguíneo puede provocar una mayor circulación, lo que hace que el cuerpo se sienta más cálido incluso en condiciones de baja temperatura.
- Cambios hormonales: el aumento de hormonas como el estrógeno puede afectar el termostato interno del cuerpo y hacer que la mujer embarazada experimente una sensación de calor más intensa.
- Mayor retención de calor: Durante el embarazo, el útero en crecimiento ejerce presión sobre los órganos internos, incluido el sistema circulatorio. Esto puede dificultar la disipación del calor del cuerpo, lo que contribuye a una sensación de calor más persistente.
Para poder lidiar con esta nueva temperatura en invierno, te aconsejamos vestirte en capas, lo que te permitirá adaptarte a los cambios de temperatura tanto en espacios interiores calefaccionados como al aire libre y en tu casa mantener una temperatura cómoda y evitar que sea demasiado caliente.
Si experimentas una sensación de temperatura corporal muy alta durante el embarazo, especialmente si el termómetro marca una lectura de 38 ºC o más, es recomendable que consultes con tu médico de cabecera. Cada embarazo es único y es fundamental prestar atención a las señales que te envía tu cuerpo.
