La otra noche, en una junta con las amigas de siempre, hubo un comentario que me quedó dando vuelta. Fue de parte de la Rafa, la única del grupo que todavía no tiene hijos. Dijo, y la voy a citar textual: “el mejor anticonceptivo es escucharlas a ustedes hablar de la maternidad”. Y al final, si uno lo piensa bien puede ser cierto.
Cuando yo estaba esperando a mi Colomba, la mayoría de los comentarios de otras mamás no eran muy alentadores. Desde los típicos, “no vas a dormir más” hasta los fatalistas de “se acabó tu vida”, que susto escuchar eso o no?
Yo siempre estuve muy en desacuerdo con esos comentarios pero si hoy me escucho hablar cuando nos juntamos las amigas, me doy cuenta que la mayoría de las cosas que hablo con respecto a mi maternidad, aunque sea con el tono de risa, igual suenan de terror para alguien que no tiene hijos o peor aún, para alguien que está esperando por primera vez. Porque a las mamás nos encanta contar los desastres de las cacas, las noches de no dormir, los cambios en el cuerpo, los pezones rotos o como se te cae el pelo en la ducha. En resumen, un popurrí de temas interesantísimos y llamativos que lo único que te dicen es que tener guagua es como irse al infierno. Pero amiga tranquila! porque son solo cuentos, y lo que todas las mamás te esconden, es que ser mamá finalmente es LA RAJA, y supera toda mala historia. Así que yo te recomiendo hacer oídos sordos y vivir tus propias experiencias, y porque no, compartirlas después cuando se junten las amigas.
Gracias a las mamás que comparten sus testimonios con nosotras!
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