Mi segunda hija nació en Agosto 2018, no pasó ni una semana y la pobre sufría de unos cólicos terribles que me hacían hasta a mi llorar. No hay nada más terrible que ver a un punto retorcerse por los cólicos y una no poder hacer nada más que contenerla. Así que con el paso del tiempo nos dimos cuenta que algo pasaba.
Entre las grandes devoluciones de leche, las cacas con exceso de mucosa y los cólicos, la pediatra nos planteó la posibilidad de que nuestra hija podría tener alergia alimentaria. Yo ya había escuchado del tema, la llaman "la enfermedad de moda" porque es impresionante la cantidad de niños que hoy día tienen esto, pero a pesar de eso, cuando recién nos dieron esa posibilidad de diagnóstico me costó enchufarme a esa realidad.
La confirmación del diagnóstico vino cuando ya mi hija hizo sus deposiciones con sangre, así que era real. Lo primero que tuve que hacer, fue una dieta libre de lácteos, soya y frutos secos. Me fue pésimo porque después de dos semanas mi hija seguía igual, no entendía que pasaba hasta que fui a una gastroenteróloga infantil que se manejaba en el tema de las alergias alimentarias y me explicó que mi sacrificio de dos semanas no había servido de nada porque en realidad nunca había dejado ni los lácteos, ni la soya, ni los frutos secos. Esos tres elementos están en casi todos los alimentos, escondidos, por eso me convertí en un as de la lectura de etiqueta de alimentos.
¿Han escuchado sobre las famosas TRAZAS? Yo nunca, pero si uno lee la etiqueta por ejemplo de un Natur de arroz, este va a decir que el ingrediente es arroz pero que fue procesado en líneas donde también se procesan lácteos, soya y frutos secos, entonces finalmente uno consume de esas cosas sin saberlo. El ejemplo más claro fue una vez que me aliñe la comida con orégano seco, el típico de bolsa y mi hija tuvo una reacción.
¡Esto de la alergia es para volverse loco porque uno se empieza a preguntar – Qué comí? El por qué mi hija reaccionó, es porque yo jamás había leído la etiqueta del orégano y ahora les puedo contar, que el orégano se procesa en líneas donde también procesan gluten, maní, nueces, soya, leche, sulfitos y otros frutos secos (lo sé porque lo estoy leyendo directamente de la bolsa).
Por suerte hoy día, hay lugares (como en Madremía gracias a Allfree) donde uno puede encontrar alimentos para llevar esta dieta de manera más amena y no morir en el intento porque después de 7 meses uno empieza a echar de menos hartas cosas. En todo caso, si pienso en todo el proceso vivido y lo mucho que nos queda por recorrer, rescato lo que yo he sacado de beneficio de todo esto, y es que he bajado mucho de peso...
Ánimo a todas las que estén entrando en este mundo, cuesta, pero uno se acostumbra!
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